El cronotrabajo es uno de los términos de moda. Una nueva manera de trabajar que, sin embargo, no es apta para todo el mundo ni para todos los sectores.
Como ya hablé en su momento de gestión del tiempo, el cronotrabajo ha aparecido para llevar a un nuevo nivel la optimización del mismo. Al final, lo que cualquier trabajador pretende es optimizar su esfuerzo al máximo y conseguir los mejores resultados respecto al tiempo que le dedica.
Hablando en plata, nadie quiere hacer una hora extra si puede evitarlo, especialmente cuando las estadísticas muestran que la mitad de las horas extras en España no se remuneran. Sin embargo, el trabajo no hace solo y para llegar a los objetivos muchos trabajadores necesitan hacer un esfuerzo extra.
Para hacer frente a ello, llega el cronotrabajo, una tendencia laboral surgida a través de un artículo de la periodista estadounidense Ellen C. Scott, que, curiosamente, no tardó en dar la vuelta al mundo porque, básicamente se trataba de aplicar nuestros nuevos conocimientos del ADN a la vida laboral.
¿Qué es el cronotrabajo?
Antes de adentrarnos en sus entresijos, lo primero que tenemos que entender es qué es exactamente el cronotrabajo. La definición es bastante simple y combina perfectamente con modelos como el teletrabajo o trabajo remoto.
El cronotrabajo es adaptar tu horario laboral a tus ritmos circadianos.
Hasta hace poco, decir que eras noctámbulo o una persona diurna parecía simplemente una cuestión de preferencias. Algo cultural basado en las condiciones en la que nos hubiéramos criado. Y, si bien, el entorno siempre puede tener cierta influencia, los nuevos estudios del ADN demostraron que había algo más detrás de esta simple preferencia.
Es bastante sencillo de entender. La población mundial se divide en tres tipos de personas según su ADN. Los que son más productivos durante las primeras horas del día, los que prefieren las horas intermedias y los que necesitan la noche para ser realmente productivo.
Seguro que puedes ubicarte en uno de estos tres grupos. Y seguro que tu productividad puede llegar a ser del doble o el triple en tu horario favorito.
El problema radica en que la mitad de la población no trabaja en su horario óptimo para ser productivo.
El horario habitual es también el más común
Según un estudio científico del Instituto Internacional de la Melatonina, dependiente de la Universidad de Granada, el 50% de la población es más productiva durante las horas intermedias del día. Esto explicaría que el horario de 9 a 5 se haya convertido en el estándar a nivel mundial.
No solo es el mejor horario para la mayor parte de la población, sino que también incluye parte de las mejores horas para mañaneros y noctámbulos. Así, ha terminado siendo el horario de consenso y no va a cambiar, especialmente para aspectos como atención al cliente o los horarios comerciales de las tiendas.
Las llamadas “morning person” o personas mañaneras suponen, aproximadamente un 25% de la población, mientras que las personas noctámbulas suponen otro 25%.
El horario ideal para una persona mañanera sería dormir de 22 de la noche a las 6 de la mañana, mientras que la persona noctámbula debería dormir de 3 a 11 de la mañana.
Cronotrabajo: aprovechar tus horas más productivas
Por supuesto, ha habido estudios para tratar de llevar estos datos al mundo laboral. Uno de los más importantes se hizo en 2017 en la Universidad de Nevada, en Estados Unidos.
En este estudio se demostró, por ejemplo, como a partir de las 13:00 horas, las personas que se definían como “morning person” rebajaban su productividad en un 80%, teniendo su momento máximo rendimiento a las 9:00 horas. Los noctámbulos, por el contrario, tenían su máximo rendimiento a las 17:00 horas.
En este sentido, hay que señalar que el máximo pico de productividad nunca comenzaba a principio de jornada, sino que se llegaba a ella tras trabajar durante al menos un par de horas.
Así, cada vez más trabajadores buscan opciones que les permitan trabajar en su horario ideal. De esta forma pueden conciliar mejor su vida personal con su vida laboral, siendo beneficioso para ellos, pero también para las empresas, que pueden ver cómo sus trabajadores rinden más que antes.
Claro que no todo el mundo puede beneficiarse del cronotrabajo. Las empresas que dependen de los horarios de otras empresas, de las salidas a bolsa, medios de comunicación, etc., deben adaptarse a un horario determinado.
Así lo que en un principio parece una solución perfecta, tiene sus problemas a la hora de aplicarse al mundo real. Salvo que seas parte de ese 50% que tiene como mejor horario el horario habitual.
Aun así, algunas empresas han comenzado a establecer soluciones para hacer frente a los diferentes cronotipos.
Establecer horarios obligatorios
Una de las opciones más comunes es la de establecer horarios obligatorios. Se trata de algo que ya lleva años implementado en la Administración Pública. En España, por ejemplo, un trabajador estatal con turno de mañana está obligado a estar en su puesto de trabajo de 9:00 a 14:30.
Para hacer el resto de horas correspondientes a su jornada laboral, puede empezar desde las 7:00h (ideal si eres una persona mañanera) o continuar hasta las 18:00 horas (perfecto para personas más noctámbulas).
En empresas privadas, este tipo de soluciones se han implementado también, aunque no pensando en los cronotipos. Lo habitual es que se imponga alguna hora obligatoria para equipos de trabajo deslocalizados, que trabajan desde diferentes husos horarios.
Esto permite mantener la flexibilidad horaria permitiendo la comunicación entre equipos que pueden estar en continentes diferenciados. Así, las reuniones se reducen a los horarios comunes en los que todas las zonas horarias están trabajando a la vez.
Como beneficio adicional, los empleados han señalado que reducen las reuniones innecesarias, yendo solo a lo importante. En bastante habitual que los trabajadores que producen valor se quejen de mandos intermedios que solo tienen reuniones para justificar su puesto de trabajo. Según la consultora Bain & Company, las perdidas para las compañías en reuniones innecesarias pueden ser hasta del 15%.
Trabajo autónomo
Otra opción para personas divergentes con el cronotipo habitual es optar por el trabajo autónomo o la consultoría independiente. Esto les permite trabajar en sus horarios de máxima productividad, sin tener que depender en el grueso del trabajo del horario de terceros.
Como contrapartida, probablemente no puedan escapar a hacer presentaciones y aproximaciones comerciales a horas que no correspondan con su momento óptimo, pero sí que les permite un mayor equilibrio entre su horario laboral y su vida cotidiana.
Hijos y vida personal
¿Es el trabajo el centro de tu vida? Hay otra tendencia que menciona que no pasa absolutamente nada porque no dediques tus horas más productivas a desarrollar tu carrera.
Mencionando las personas con horarios noctámbulos, muestran como tener este cronotipo les permite disfrutar de tiempo de mayor calidad con su familia, hijos y amigos. Al final, en el momento en el que están más despiertos y atentos, lo están pasando con la gente que más quieren.
Se trata de la diferencia entre trabajar para vivir y vivir para trabajar. Estos estudios se centran en la búsqueda de la felicidad y, muchas veces, para alcanzarla, no necesitas dar el 120% en tu trabajo, sino que puedes aprovechar ese momento óptimo en disfrutar de tu tiempo libre.
¿Cómo equilibrar el cronotrabajo con tu horario real?
En la práctica, muchos profesionales no pueden trabajar en su horario ideal según su cronotipo. Sin embargo, si hay algunas cosas que pueden hacer para sacar el máximo partido a sus tareas en las horas en las que tienen que trabajar.
Vamos a hacer un repaso, por si no tenemos la suerte de tener un horario adaptado.
Utilizar sus mejores horas para las tareas más difíciles
El consejo más básico es el de utilizar las horas más productivas para las tareas más complicadas. Trucos como silenciar los chats de trabajo durante un par de horas pueden ayudar para evitar interrupciones que te saquen de ese proceso camino del pico productivo.
Como mencioné anteriormente, no se trata únicamente de ponerse a trabajar en una hora determinada, sino que como decía Picasso, que la inspiración te pille trabajando. Así, hay que tener en cuenta que necesitamos un periodo previo en el que la misma irá incrementándose, hasta alcanzar su punto álgido.
Agrupar las reuniones de trabajo en las horas más alejadas de su cronotipo
Por otro lado, esto supone también cambiar de hora las tareas más mecánicas o improductivas. Si tienes que hacer algo como rellenar datos en un Excel que no requiera de aplicar tu inteligencia, déjalo para esos momentos que no te vienen bien.
Si eres mañanero, para el final de jornada, si eres noctámbulo, para el principio.
Lo mismo con las reuniones. Al final, incluso si se trata de un brainstorming, puedes hacer la parte creativa en tu horario ideal y trasladar tus conclusiones en el horario menos ideal.
Adaptarse a la realidad
Por último, también es importante no obsesionarse. Al final llevamos siglos trabajando cuando teníamos que trabajar, sin tener en cuenta nuestros horarios internos ,sino aspectos externos como las condiciones climatológicas o las temporadas de recolección.
Podemos seguir haciéndolo.
Así, no pasa absolutamente nada si por nuestro trabajo no puedes adaptarte a tu cronotrabajo ideal. Eso sí, si tienes la posibilidad, va a ir en tu beneficio y en la de tu empresa.
En Ddigitals, para tratar de no afectar al cronotrabajo en nuestros clientes, siempre tenemos un pie de email en el que pedimos que no se sientan obligados a responder fuera de su horario laboral.
Como decía Sócrates, conócete a ti mismo, al final esa es la clave en el cronotrabajo y en la vida. Aprende cuál es tu ritmo circadiano e intenta adaptarte a él en la medida de lo posible.