En el muy amplio mundo del diseño, donde las imágenes impactan y emocionan mucho más que las palabras, y las experiencias visuales determinan las emociones de los usuarios, la iconografía y el simbolismo son herramientas fundamentales con mucha más historia e importancia de la que somos conscientes.
Solemos confundir estas dos disciplinas como elementos que se limitan a embellecer o decorar una pieza visual, sin darle un valor conceptual y significativo en la obra.
En realidad, a lo largo de la historia del diseño y de la representación pictográfica, tanto la iconografía como la simbología han tenido y tienen un impacto profundo en la comunicación, la percepción y la eficacia de los mensajes.
Por ese motivo, me gustaría dar a conocer cómo la iconografía y el simbolismo se relacionan, cómo funcionan en el diseño y por qué son elementos clave en la creación de productos digitales efectivos y capaces de destacar entre la inmensa variedad de productos existentes a día de hoy.
¿Qué es la iconografía y cómo se conecta con el simbolismo?
La iconografía se define como el estudio y uso de íconos que representan ideas, conceptos o acciones de una manera gráfica y universal. En diseño, un icono tiene la capacidad de comunicar mensajes complejos en un espacio muy limitado, ya sea un botón de «guardar» en forma de disquete (aunque el objeto físico ya no sea relevante) o una lupa que sugiere «buscar».
La fuerza de un buen icono radica en su capacidad para ser reconocido instantáneamente, lo que lo convierte en una herramienta de comunicación muy poderosa, y a veces, por desgracia, muy desaprovechada y utilizada meramente como elemento decorativo sin un fin real.
El simbolismo, por otro lado, se refiere al uso de elementos visuales que evocan significados más profundos, conceptuales e incluso espirituales. Mientras que un icono suele ser más literal y funcional, un símbolo puede ser más abstracto, apelando a emociones, valores, culturas o religiones.
Por ejemplo, un corazón representa el amor, pero su significado puede variar según el contexto: en una app de citas puede indicar romanticismo, en una red social puede significar «me gusta» y en otra aplicación se puede referir a “salud”.
Estos dos ancestrales e infravalorados conceptos están íntimamente relacionados. os iconos suelen ser simbólicos, y los símbolos pueden asumir formas iconográficas para cumplir funciones específicas dentro de un diseño. Aun así, es importante no confundirlos ya que los fines de cada uno son muy diferentes, aunque la importancia de ambos es igual de grande tanto juntos como separados.
Lo interesante de esta relación es cómo ambas disciplinas trabajan juntas para construir una comunicación visual que sea funcional, estética y culturalmente resonante, obligando al diseñador a estudiar y conocer qué significados pueden ir asociados a cada uno en función del contexto geográfico y cultural.
Como apunte, esta especie de subjetividad en la percepción de elementos la comparten muchos de los aspectos esenciales básicos del diseño, como el color, las formas o, en este caso, la iconografía y el simbolismo.
Iconografía en el diseño digital: claridad en la experiencia del usuario
Dentro del maravilloso y estudiado mundo del diseño digital, la iconografía es como la piedra angular en la navegación de los usuarios, es lo que permite que esta sea lo más intuitiva posible.
Las interfaces digitales que utilizamos en la actualidad, desde las aplicaciones móviles hasta los sitios web, dependen de iconos para guiar al usuario de manera eficiente.
Es aquí donde el diseño de experiencia de usuario (UX) juega un papel crucial: un icono mal diseñado o que no sea lo suficientemente comprensible puede generar confusión y frustración, generando una mala experiencia al usuario y, por supuesto, repercutiendo en la percepción que tiene dicho usuario de la marca.
Principios de una buena iconografía
- Universalidad: Un icono debe ser comprensible para todas las audiencias, por muy diversas que puedan ser, independientemente de su idioma, cultura o costumbres. Aunque esto puede parecer un desafío, utilizar estándares globales ayuda a garantizar que los usuarios comprendan su función al instante y completen una navegación satisfactoria.
- Simplicidad: Cuantos menos detalles tenga un icono, más rápido será procesado por el cerebro humano. Aquí entra en juego el diseño minimalista, que busca reducir elementos innecesarios que permitan al usuario entender lo más clara y rápidamente posible el icono.
- Consistencia: Mantener un estilo coherente en toda una interfaz refuerza la experiencia del usuario. Si un sistema de diseño combina iconos con estilos muy variados, puede romper la armonía visual y afectar la percepción del producto.
- Escalabilidad: Los iconos deben adaptarse a diferentes tamaños sin perder legibilidad. Esto es especialmente importante en la era de las pantallas de alta resolución, donde los detalles finos pueden distorsionarse.
También se debe tener muy en cuenta debido a la gran cantidad de personas que navegan a través de un dispositivo móvil, donde la pantalla es mucho más reducida en tamaño, por lo tanto, la información y los elementos también.
El éxito de una interfaz radica en que los usuarios se sientan cómodos navegando por ella, y los iconos bien diseñados son esenciales para ello.
Por ejemplo, el diseño de botones de acción o Call to Actions, como «agregar al carrito» o «compartir» en redes sociales necesita transmitir su propósito sin requerir texto adicional, por eso siempre son tan parecidos y se colocan en los mismos lugares de la interfaz, para que el usuario ya sepa, más o menos, donde va a estar y qué forma va a tener.
El simbolismo: cultura, emociones y storytelling en diseño
A diferencia de la iconografía, que se enfoca en la claridad funcional, el simbolismo busca conectar con el usuario a nivel emocional o cultural.
El simbolismo en diseño no solo aporta estética, sino que da profundidad a un mensaje, lo conceptualiza y lo expande, invitando a los usuarios a interpretarlo y relacionarse con él.
Los símbolos en el diseño gráfico y digital
Los símbolos tienen raíces profundas en la historia de la humanidad, y muchos de ellos han evolucionado junto con las culturas. En el contexto digital, muchos de estos significados aún persisten, pero se adaptan a nuevos usos.
Los diseñadores deben ser conscientes de que los símbolos no significan lo mismo en todas las culturas y/o contextos.
Un círculo con una cruz dentro puede representar «cancelar» en algunas interfaces, pero en otras culturas puede interpretarse como un símbolo religioso. El contexto define el significado de un símbolo y cómo debe aplicarse en diseño.
Los símbolos no son solo formas, sino también colores y patrones. Un triángulo rojo puede evocar peligro o advertencia, mientras que un círculo verde representa aprobación o seguridad. Este simbolismo psicológico es clave en el diseño de interfaces de usuario, donde las decisiones rápidas son esenciales.
El simbolismo también tiene un papel destacado en la creación de narrativas visuales, de ahí que todo proceso necesite una historia narrada o storytelling que nos ayude a crear y comprender.
Los logotipos son un ejemplo perfecto: una manzana mordida no solo representa a una marca tecnológica, sino también ideas como simplicidad, innovación y diseño.
Cuando la iconografía y el simbolismo se fusionan
La verdadera magia ocurre cuando la iconografía y el simbolismo trabajan juntos en un diseño. Este equilibrio es fundamental para crear interfaces funcionales que también resuenen emocionalmente con los usuarios.
Un ejemplo notable es el uso de iconos animados en aplicaciones modernas. Cuando un usuario completa una acción, como enviar un mensaje o realizar una compra, una pequeña animación simbólica puede reforzar la experiencia. La animación no solo confirma la acción (iconografía), sino que también aporta satisfacción emocional (simbolismo).
Esto es una herramienta que se utiliza cada vez más porque no significa un esfuerzo significativo para los diseñadores y desarrolladores, pero sí que se traduce en un entendimiento mucho más claro y rápido en el usuario.
Otro caso es el diseño de logotipos que combinan ambas disciplinas. Por ejemplo, el logotipo de FedEx utiliza una flecha oculta entre las letras «E» y «X». Este elemento iconográfico representa movimiento y dirección, mientras que el simbolismo de la flecha refuerza la idea de eficiencia y rapidez.
La importancia del contexto cultural
Uno de los mayores desafíos en el diseño actual es la globalización de los productos digitales. Mientras que la tecnología conecta a personas de diferentes culturas, también presenta dificultades en la comunicación visual. Tanto la iconografía como el simbolismo deben ser cuidadosamente adaptados para evitar malentendidos entre culturas.
Por ejemplo, en Occidente, el color blanco se asocia con pureza y paz, mientras que en muchas culturas asiáticas representa luto y muerte. Los diseñadores deben investigar las interpretaciones culturales de los iconos y símbolos para garantizar que sean apropiados para la audiencia objetivo.
Iconografía y simbolismo en el branding
En branding, la iconografía y el simbolismo tienen un impacto significativo en la identidad visual de una marca. Un logotipo efectivo es más que un simple diseño atractivo; es una representación gráfica de los valores, objetivos y promesas de una empresa, es la primera imagen y percepción que recibe y genera una persona respecto a la empresa.
Los iconos dentro de una identidad de marca pueden ser utilizados en múltiples formatos, desde aplicaciones móviles hasta materiales impresos, mientras que los elementos simbólicos ayudan a establecer una conexión emocional con el público. Por ejemplo, el uso de animales en logotipos (como un león o un águila) a menudo simboliza valores como fuerza, liderazgo y/o visión.
Desafíos en la creación de iconografía y simbolismo efectivos
Aunque el diseño de iconos y símbolos puede parecer sencillo, es un proceso que implica investigación, creatividad y pruebas extensivas. Algunos desafíos comunes que se pueden destacar son:
Saturación visual: En un mundo donde los usuarios están constantemente expuestos a miles de imágenes, todo lo que les rodea tiene como objetivo captar su atención, esto lo hace muy difícil. Crear algo que destaque y sea memorable a día de hoy tiene más valor que en años anteriores.
Barreras culturales: Los significados de los símbolos no son universales, lo que puede resultar en malentendidos si no se considera el contexto adecuado.
Equilibrio entre estética y funcionalidad: Mientras que los símbolos pueden ser estéticamente agradables, los iconos deben priorizar la funcionalidad. Encontrar este equilibrio es una habilidad clave para los diseñadores.
Recursos infravalorados pero indispensables
Cuando entendemos qué son tanto la iconografía y el simbolismo, nos percatamos de que no son simplemente aspectos secundarios del diseño digital, sino componentes esenciales que impactan la forma en que los usuarios experimentan un producto.
Entender cómo ambos conceptos se relacionan y complementan es muy importante desde el punto de vista de un profesional del diseño, ya que para crear diseños efectivos y culturalmente relevantes es necesario tener en cuenta estos conceptos como parte importante en el proceso.
Como diseñadores, nuestro trabajo no es solo embellecer, sino comunicar ideas claras y conectar con las emociones de los usuarios, transmitir y despertar sentimientos que nosotros mismos sentimos y escondemos.
Es precioso mostrarle al mundo cómo te sientes, abrirte en canal a través de una representación creativa, y que las personas que lo vean, no tengan ni idea de que eso que expresas es tuyo, pero que ellos mismos lo sienten igual.
Cuando la iconografía logra simplificar la funcionalidad y el simbolismo profundiza en el significado, el diseño no solo informa, sino que inspira y motiva, y en un mundo donde cada pixel cuenta, esto puede marcar la diferencia entre un producto que se olvida y uno que deja huella, y al igual ocurrirá con un mensaje que no tiene como objetivo vender, sino calar.