El metaverso está en boca de todos pero, a la vez, nadie parece saber muy bien qué es. Tenemos desde científicos que profetizan el fin del mundo como lo conocemos hasta expertos que creen que será la mayor oportunidad empresarial del milenio.
La verdad es que todavía es pronto para saber qué será. Si podemos empezar a entrever toda su complejidad y cuál es la idea de lo que se pretende que el metaverso sea. ¿Se conseguirá? ¿Terminará, por el contrario, siendo un bluf? Todavía faltan unos años para poder responder a esa pregunta con seguridad.
Lo que si podemos hacer ya es comenzar a entender cómo funcionará y, sobre todo, si hay hueco en este nuevo mundo virtual para nuestro negocio. Y, probablemente, lo haya. Aunque solo sea a nivel de publicidad.
La publicidad en el metaverso va camino de convertirse en la nueva gallina de los huevos de oro. Ya desarrolló este aspecto Carlos Arenal en la entrada anterior, nuestro experto en publicidad digital. Estar ahí va a marcar realmente la diferencia.
Pero yo no quiero hablarte únicamente de publicidad digital, quiero hablarte del concepto del metaverso en sí y qué oportunidades pueden traer para tu compañía.
¿Qué es el metaverso?
A la pregunta de qué es el metaverso podemos decir que es un mundo nuevo virtual. Un reverso de la realidad 100% digital, donde podrás hacer cualquiera de las cosas que haces en el mundo real, pero sin las limitaciones que tiene el mundo físico.
El gran antecedente del metaverso es Second Life, otro universo digital donde las personas se conocían, se compraban casas virtuales y hacían diferentes actividades. Sin embargo, Second Life terminó siendo un fracaso.
Frente a Second Life, el metaverso pretende ser una realidad virtual mucho más real. Para ello se apoyará en gafas de realidad virtual para que podamos recorrer este mundo en tres dimensiones y en diferentes aparatos tecnológicos que tratarán de acercarnos las sensaciones a nuestros sentidos.
Ya se están desarrollando guantes para tener el sentido del tacto, dispositivos de olores, etc… La idea es que la experiencia que vivamos dentro del metaverso sea tan real como la que vivimos en el mundo real. Que podamos tocar, que podamos oler, que podamos sentir, que podamos ver sin diferencias a lo que veríamos, tocaramos o sintiéramos en el mundo real.
Eso sí, con una gran diferencia que es su gran valor diferencial, podrás tener todo ese universo justo dentro de casa.
Un mundo a imagen y semejanza del nuestro
Aunque pueda sonar utópico, no pienses en el metaverso como un lugar armónico, accesible y disfrutable para todos. En el metaverso, como ya pasó en Second Life, todo está a la venta y prácticamente todo va a costar dinero.
No pienses en el metaverso como un lugar en el que vivir la fantasía de ser un rico heredero de un castillo centroeuropeo. Puedes tener un castillo, puedes oler la nieve invernal, puedes ponerte una armadura medieval, pero tendrás que pagar por el castillo, por el tiempo y por la ropa que lleves.
Puedes imaginarte haciendo esnórquel en las Maldivas. Pero tendrás que acceder, pagando, a esas sensaciones. O un mundo completamente inventado o de ficción, por ejemplo, en un planeta de Stars Wars o frente al Muro de Juego de Tronos.
De momento, se van creando zonas temáticas. Hay, por ejemplo, zonas dedicadas a la moda y al arte. Allí diferentes galerías y diseñadores están comprando espacio para montar exposiciones. Si quieres que tu casa del metaverso tenga un cuadro determinado, como en la vida real, tendrás que ir a la galería y comprarlo. Si quieres una prenda determinada para tu avatar, lo mismo.
Al ser un mundo completamente digital, las posibilidades se multiplican. Ya no tienes que preocuparte por materias primas, en el metaverso lo único que importa es la energía necesaria para mantenerlo en marcha (y que tampoco ha estado exento de polémica).
Este problema ya se está dando con las criptomonedas, que probablemente sea la moneda que opere en el metaverso, pero ya se está trabajando en la búsqueda de soluciones más ecológicas.
¿Cómo entra en mi empresa en el metaverso?
Teniendo más o menos claro cómo funciona el metaverso (y teniendo en cuenta que aún falta mucho por desarrollar y que tecnologías como la del tacto o los olores siguen en fase experimental), toca preguntarse qué podemos hacer para participar en él.
Lo primero que te tienes que preguntar es si tu producto o servicio tiene cabida dentro del metaverso. Por ejemplo, si eres un diseñador de moda sabes que puedes trasladar tus diseños al mundo digital. Pero, claro, necesitarás un experto que te cree la versión de metaverso de tus prendas.
Si eres una agencia de viajes, quizá puedas organizar tus propios viajes por el metaverso, visitando diferentes vecindarios y permitiendo disfrutar de diferentes experiencias. Además, con posibilidades nunca vistas. Quizá una vuelta al mundo, un viaje por el desierto seguido por otro por el polo o la selva o, simplemente, a través de mundos de fantasía.
Un restaurante, por otra parte, tendrá que esperar a que se desarrolle la tecnología del gusto en el metaverso. Se está intentando, ¿se logrará? Ya veremos.
Si, como nosotros, eres una agencia de marketing digital, por supuesto que podrás hacer tus campañas de marketing y publicidad en el metaverso. Además, con un número de posibilidades bastante más amplias que las que había hasta ahora.
Anunciarse en el metaverso para la vida real
Otra manera de utilizar el metaverso es publicitarse en él para la vida real. La gente va a seguir trabajando fuera del metaverso y va a seguir consumiendo fuera del metaverso, tanto productos como servicios.
Así que puede que esos momentos en los que estén en su rato de ocio en este mundo alternativo, sea los más adecuados para impactarlos. Todavía queda por ver como va a ser la política de privacidad y qué datos específicos vamos a tener, pero probablemente se puedan realizar muy buenas segmentaciones.
Tener claros nuestros arquetipos de cliente nos permitirá ir a anunciarnos a esos lugares donde sabremos que estarán. Y, allí, ser uno de los pioneros en ofrecer nuestro anuncio.
Si todo se desarrolla como se espera, la publicidad en el metaverso será lo que permita su funcionamiento. Y aunque en un momento dado la publicidad del metaverso será mayormente del propio metaverso, también habrá hueco para la publicidad de negocios físicos o digitales que no estén allí.
Los modelos híbridos
Por otra parte, tenemos que mencionar también los modelos híbridos. Piensa por ejemplo en una tienda de ropa. No solo puedes hacer publicidad de las prendas y venderlas a través del metaverso como haces en Instagram.
También puedes, por una parte, vender la versión de metaverso para el avatar, pero lo que es mucho más interesante (al menos para nuestras mentalidades analógicas actuales), es que puedes probarte la ropa de manera virtual antes de pedir tu prenda física.
Gigantes como Inditex, H&M y marketplaces virtuales como ASOS serán pioneros en esta tecnología, pero la idea que tienen desde Meta, los desarrolladores, es que la tecnología sea lo suficientemente económica para que también pequeños ecommerces puedan beneficiarse de ella.
Ese sería el éxito del proyecto, que no solo puedas probarte la ropa de una gran corporación en el metaverso, sino que también puedas descubrir nuevos talentos emergentes con pequeñas tiendas boutiques situadas en cualquier rincón del mundo.
La clave para que el modelo tenga éxito está en acercar esas cosas que no serán posibles de otra manera. Por ejemplo, que puedas ir a un lugar similar al Gran Bazar de Estambul y elegir desde la comodidad de tu casa, pero viviendo la experiencia gracias a la Realidad Aumentada.
Solo una posibilidad
El metaverso está siendo tan popular porque da la oportunidad de soñar. Sin embargo, no hay que olvidar que todavía mucha de la tecnología que necesita para ser realmente revolucionario sigue en desarrollo.
Ya se pueden comprar parcelas en el metaverso, ya se pueden hacer anuncios y ya se puede empezar a disfrutar de este espacio alternativo virtual, pero tenemos que tener en cuenta que, de momento, estamos ante algo similar a lo que ofrecía Second Life.
Y ya sabemos que Second Life fracasó frente a algo aparentemente mucho más sencillo como Facebook. Así que también hay que ser cautos. Toca esperar y ver si los miles de millones que Mark Zuckerberg está invirtiendo en desarrollar la idea tienen el resultado óptimo.
Si lo logran, es evidente que el mundo tal como lo conocemos va a cambiar. Aunque ya cambió, por ejemplo, con la llegada de las redes sociales. Si peca de ambicioso y se queda en un quiero y no puedo, servirá de advertencia para el futuro.
Sea como sea, estamos ante un proceso digno de ver, de participar y de descubrir todas y cada una de las ramificaciones que pueden tener para los negocios. Solo hay dos potenciales impedimentos: que no logre ser tan barata para ser accesible y que a la gente no le genere interés.
De lo contrario, adiós mundo, hola metaverso.