Hacer contenidos con ChatGPT se ha convertido en el día a día en empresas, agencias de marketing y medios de comunicación, especialmente online. Prácticamente cada día, encontramos nuevas noticias de despidos de periodistas y redactores que ven sustituida su fuerza de trabajo por esta herramienta de inteligencia artificial.
Aunque hay otras opciones como Google Bard o Bing Chat, la realidad es que ninguna de ellas ha logrado hasta el momento ser tan popular como ChatGPT4 ni, tampoco, responder tan bien a las instrucciones.
Sin embargo, ChatGPT4 no es una solución mágica. Si bien nos puede ayudar a mejorar el SEO o inspirarnos para estructuras o como base de posibles contenidos, todavía está muy lejos de lo que se piensa en algunos despachos cuando tratan de sustituir el talento humano por el de la inteligencia artificial.
Es cierto que con la integración de plugins en ChatGPT4, con la posibilidad de crear imágenes (en solo dos formatos) o código básico, ChatGPT4 (o sus alternativas) puede ayudarnos a ser más eficientes y perder menos tiempo en tareas rutinarias o repetitivas.
Por otro lado, también es cierto que todavía tiene bastantes limitaciones. Lo más habitual al empezar a usar inteligencia artificial es pasar del hype a la desesperación. De pronto descubres que lo que querías hacer, no lo puedes hacer. Introduces diez instrucciones diferentes, pides cambios, pero siempre hace lo mismo o no responde a lo que quieres.
Y es que para poder hacer contenidos con ChatGPT hay que saber cómo utilizar los prompts, no desesperar e ir salvando la curva de aprendizaje. También, por supuesto, ser consciente de sus limitaciones.
Y ayudarte a lograrlo es mi objetivo con el artículo de hoy, al menos en lo relacionado con la generación de contenidos con inteligencia artificial.
¿Cómo funciona ChatGPT y similares?
El primer concepto que tenemos que entender es el procesamiento del lenguaje natural, también conocido por sus siglas en inglés, PNL. Estas herramientas de generación de contenido con IA lo que hacen es PNL. Es decir, procesan y tratan de comprender el lenguaje humano y dan una respuesta en base a eso.
Esto es un punto clave para entender las limitaciones que tendremos en nuestras interacciones con estas herramientas. La base de ChatGPT es entender el lenguaje y ofrecer una respuesta con “sentido” en el idioma en el que haya sido entrenado. Pero “sentido” no tiene que indicar siempre precisión.
Es decir, puedes decir algo gramaticalmente correcto que sea impreciso o incluso falso. Pero si está escrito de manera correcta, la herramienta lo entenderá cómo bien hecho.
Así, ChatGPT4 tratará de dar una respuesta coherente lingüísticamente y para ello buscará en los datos con los que ha sido entrenado. De entrada, si los datos con los que ha sido entrenado son correctos, no debería dar información errónea, pero no siempre es así.
Hay que tener en cuenta que estas herramientas han sido entrenadas con millones de parámetros. Concretamente, ChatGPT4 está entrenado en aproximadamente 175 mil millones de parámetros.
Esto se hace con entradas masivas de datos que no siempre son precisos o que pueden ser contradictorios. Igualmente, la información en inglés es de mucha más calidad que en otros idiomas.
Así, al usar ChatGPT para SEO o contenidos, siempre hay que considerarlo una guía, pero no una enciclopedia a la que seguir ciegamente. De hecho, probablemente tengamos información más precisa con una búsqueda en Google que preguntando a ChatGPT por un dato específico.
Limitaciones a la hora de crear contenidos con ChatGPT
Hay situaciones para los que ChatGPT es perfecto. Por ejemplo, nos puede ayudar a escribir un email para un cliente o proveedor o resumir un texto complejo para una presentación. O para crear la estructura de la presentación.
Sin embargo, hay otras en las que no nos va a ayudar lo suficiente. Veamos algunos casos y cómo solucionarlo.
Información demasiado larga
Uno de los primeros problemas al que se enfrenta cualquier redactor al tratar de que ChatGPT4 (o sus versiones anteriores) le escriba un artículo es que, de entrada, solo escriben textos cortos, de un máximo de entre 600 y 700 palabras aproximadamente.
Si queremos escribir contenidos con ChatGPT de 1000, 2000 o 3000 palabras, por ejemplo, no podremos hacerlo de una vez. Lo peor es que si le pides a ChatGPT que te amplíe un artículo de 600 palabras a 1.500, por ejemplo, te dirá que puede hacerlo para volver a darte otra opción con un número de palabras similar.
Esto es importante porque normalmente ChatGPT siempre te responde. Está entrenado para eso, para responder a tu petición de una forma que lingüísticamente sea correcta, aunque se pierda en los detalles.
En este caso, por una cuestión de potencia necesaria, hay un máximo de caracteres (que no de palabras) que puede tener en sus respuestas. Concretamente, 4096 caracteres. ChatGPT no puede darte nunca una respuesta más larga que esa.
La solución obvia es dividir el texto en diferentes apartados e ir pidiendo que rellene los mismos, con un máximo de palabras o caracteres determinados pero inferior al máximo.
Sin embargo, aquí hay otra limitación que hay que conocer: ChatGPT4 solo puede tener en cuenta un contexto de conversación de aproximadamente las últimas 3 000 palabras de la interacción actual.
Es decir, no puedes pedirle que tenga en cuenta lo que hayáis hablado (o haya generado él mismo anteriormente) si la cantidad de texto es muy grande. Esto es crucial para usar bien ChatGPT4.
Contenido con información errónea o falsa
Me parece la consideración más importante a la hora de hacer contenidos con ChatGPT o similares. Mucha de la información concreta y específica que te da es falsa.
Pongo un ejemplo. Una de las primeras veces que me apoyé en ChatGPT para crear contenido estaba escribiendo sobre Tasmania y quería hacer una comparativa entre el tamaño de la isla y la comunidad autónoma española que más se acercase en kilómetros cuadrados.
Primero me dijo que Castilla y León, luego que La Rioja. Como no me fiaba del dato, porque entre Castilla y León y La Rioja hay muchísimas comunidades autónomas intermedias, busqué y, obviamente, era falso. La respuesta correcta era Castilla-La Mancha. Ni siquiera me la había mencionado y era una comparación simple que una IA puede hacer en un segundo.
Como este, hay miles de otros ejemplos en la red, muchos, además, con un importante sesgo racial o de género, producto de la parcialidad de los parámetros con los que ha sido entrenado.
¿Cómo solucionarlo? Muy sencillo, dándole nosotros los datos. Es decir, para que me hubiese dado de verdad lo que necesitaba, tendría que haberle dado yo el listado de tamaños. Así:
En este caso, por ejemplo, no tiene sentido, porque pierdo más tiempo proporcionando los datos a ChatGPT que búscandolo por mí mismo, pero sirve para todo. Es decir, si queremos que el contenido sea preciso, no hay que confiar en la información que ya tiene, sino en la información que introduzcamos dentro.
De nuevo, sirve para cosas concretas y no muy extensas, pero no podemos meterle un libro porque solo va a tener en cuenta las últimas 3000 palabras. Si no lo hacemos así, no te fíes de lo que te diga porque probablemente sea inexacto.
Incapacidad de comprender las instrucciones
Por último, quiero mencionar la incapacidad de comprender ciertas instrucciones. Esto pasa muy a menudo. De hecho, ya hemos puesto algún ejemplo con el tamaño máximo o los datos. Introducir los prompts (instrucciones) correctos no siempre es fácil y va a suponer una prueba y error constante.
Un consejo: si veis que no os da lo que queréis por mucho que repetís o reformuláis la instrucción, cambiad de tercio completamente. Preguntad si puede hacer lo que le estáis pidiendo o cuáles son sus limitaciones en ese aspecto.
Esto es también muy relevante en la generación de imágenes. Le puedes pedir unas imágenes de 640×518 píxeles, te va a decir que te la hace, pero te hará lo que más se acerque a ello de lo que puede hacer. Esto es porque está programada para responder siempre.
Es más inteligente preguntar primero si puede hacer lo que queremos hacer o cuáles son sus limitaciones. De esta forma entenderemos que solo puede hacer imágenes en tres tamaños: 1024×1024, 1792×1024 y 1024×1792.
Siempre te va a responder, pero necesitas hacer primero las preguntas correctas. Según lo que queramos hacer, hay muchos tutoriales en internet que podemos usar de guía.
Igualmente, no tengas miedo de preguntar y repetir y reformular. Solo así conseguirás sacarle el máximo partido. Te llevará tiempo en un principio, pero será tiempo que luego ganarás las próximas veces que necesites algo similar.
Crear contenidos con ChatGPT: ¿sí o no?
Más allá de cómo preguntar hay que entender para qué queremos hacer contenidos con ChatGPT y si tiene sentido. Ya hemos mencionado el SEO y es un ejemplo claro, es muy complicado posicionar un contenido nuevo (por no decir casi imposible) generado íntegramente con ChatGPT.
Lo que sí podemos hacer es ayudarnos a hacer frente al bloqueo del escritor y pedir ideas de estructura, fórmulas o inspiración a partir de la cual trabajar.
Sin embargo, a día de hoy los contenidos generados por ChatGPT son bastante evidentes. Repiten muchísimos patrones y requiere mucho trabajo introduciendo prompts generar algo que salga de ahí.
Se puede crear algo decente con ChatGPT pero el trabajo que va a llevar llegar hasta ahí hará, probablemente, que sea mucho más rápido escribirlo directamente, al menos si tenemos esa capacidad. Si somos unos negados de la escritura, siempre va a estar mejor que lo que hagas.
Igualmente, podemos usarlo para generar resúmenes de textos más largos que nos sirvan de base, explicaciones, emails, presentaciones, copys para redes sociales y otros tipos de elementos de contenido que no necesiten una gran precisión, sean muy técnicos o no sean documentos finales.
En definitiva, las herramientas de creación de contenido mediante inteligencia artificial pueden ayudarnos a ser más productivos, pero solo si sabemos cómo usarlas. De lo contrario, se avecina el desastre.